En este espacio, continuamos con nuestro #MesCabrini y el camino recorrido por Santa Francisca para alcanzar su sueño misionero y llevar el mensaje del Sagrado Corazón de Jesús a la humanidad.
La formación religiosa recibida, sumada a la vocación que la caracterizaba desde muy pequeña, fueron pilares para lo que deparaba su vida en la Casa de la Providencia. A pesar de los inconvenientes y dificultades, junto con otras compañeras fundaron a comunidad de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón, bajo la inspiración del gran misionero jesuita San Francisco Javier.
De esa cuenta, al realizar sus votos, Santa Francisca adopta el nombre de Javier, siendo nombrada superiora. Luego de tres años trabajando arduamente por sostener el orfanato, el obispo de Lodi encargado tomó la decisión de abandonar el proyecto.
En ese momento, él le indicó a Francisca que era la oportunidad de fundar un instituto misionero, en especial, porque no conocía alguno de mujeres, invitándola a fundarlo ella misma.
Se trasladaron las hermanas a un convento abandonado en Codogno, siendo la sede de este instituto misionero que cambiaría más de una vida a lo largo de la historia. Lugar donde tendrían un inicio muy pobre, con muchas limitantes, pero convencidas de su accionar. Fundando así el 14 de noviembre de 1880 el Instituto de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús.
Finalizando este segundo bloque informativo, encontramos a Madre Cabrini convencida, decidida y entregada a la voluntad de Dios, enfrentando diferentes situaciones que complicaron de entrada esta gran obra que estaba por llegar.