Una de las principales medidas tomadas por el Gobierno de Guatemala para contribuir a la prevención y reducción de contagios por COVID-19, es el uso obligatorio de mascarilla en lugares públicos.
El uso de mascarilla en sectores públicos contribuye a que personas portadoras, que no lo saben, eviten contagiar a los demás. Al ser un virus que se transmite por saliva, al toser o hablar y permanece en superficies, el uso de tapa bocas contribuye a que menor cantidad de partículas estén expuestas. De esta forma, también se crea una barrera para prevenir contagiarnos si estamos en contacto con gente fuera de casa.
Para que esta cumpla su función, debemos seguir las siguientes recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para su uso:
- Antes de utilizarla, lavar correctamente nuestras manos
- Asegurarnos que no queden espacios sin cubrir entre mascarilla y rostro.
- No tocar la mascarilla durante su uso, si fuera el caso, lavar correctamente nuestras manos.
- Cambiar la mascarilla una vez que esta se encuentre húmeda.
- Retirarla por las bandas o cintas, sin tocar el frente.
- Depositarla en la basura, preferentemente en una bolsa cerrada para evitar la manipulación de terceros.
- Lavarnos las manos luego de retirarla.
- No reutilizar las desechables.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que éstas no son la solución y garanticen inmunidad, por lo que debemos reforzar nuestras medidas de higiene y limpieza en el hogar, con el lavado de manos frecuente, desinfectar superficies, evitar aglomeraciones y atención especial a grupos vunerables.
Si bien para muchas personas su uso es incómodo, recordemos que padecer una enfermedad o contagiar a nuestros seres queridos, también es una situación poco agradable.