/ noviembre 25, 2022/ Ciudad de Guatemala, Espiritual, Misión, Villa Nueva, Voluntariado

Todos los años, iniciamos nuestra preparación espiritual con el adviento o “venida” del Señor, nos unimos a la María y José en su camino y espera para el nacimiento de Jesucristo. Acompáñanos en esta nota para conocer más.

La tradición de la Iglesia Católica inicia cuatro domingos previos a la Navidad, por lo que para el presente año, damos inicio el domingo 27 de noviembre. Así mismo, este día se realiza el encendido de la primera vela (morada) de nuestra “Corona de Adviento”.

Si por algún motivo no se puede asistir a misa, también podemos practicar esta actividad en nuestros hogares, realizando un acto simbólico pero fortaleciendo la unión familiar. Este primer día, todo daría inicio con la lectura del Santo Evangelio según San Mateo capítulo 24, en los versículos 37-44.

Para el encendido de la segunda vela – domingo 4 de diciembre -, siempre de color morado, podremos acompañarla con la lectura de Marcos 3: 1-12, donde hablamos sobre la llegada del “Reino de los Cielos”. Para el tercer domingo de adviento, – 11 de diciembre -, podemos realizar la lectura en familia de Mateo 11:2-11, con el encendido de la vela rosa.

En el cuarto domingo de adviento – correspondiente al 18 de diciembre -, encendemos la última vela de color morada, para realizar la lectura de Mateo 1:18-24. Sin embargo, debemos recordar que la vela blanca al centro será encendida el 25 de diciembre como símbolo del nacimiento de nuestro salvador.

Composición Corona de Adviento

Primero, como base se tomará una corona de pino (o algún similar), que representa el verde de la esperanza. Esta es una corona redonda, que significa la eternidad de Dios. Al centro, debemos colocar una vela o cirio de color blanco, que es la última encenderse para la navidad.

En su follaje verde, deberemos colocar tres velas moradas (también pueden ser blancas) y una más de color rosado, representando la luz que separa las tinieblas y obscuridad.

Recuerda que este encendido es simbólico, no debe permanecer con fuego para evitar cualquier accidente en nuestra casa, especialmente si tenemos niños pequeños o adultos mayores.

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