Recientemente hemos finalizado el proyecto interinstitucional de capacitación para mujeres en “Globoflexia”, ofreciendo formación técnica y financiera, pero también, con un acompañamiento para el crecimiento individual, colectivo y emocional, dejando a su paso nuevas historias positivas.
Dentro de las 18 participantes, compartimos la experiencia de Angelina Ramírez, quien a sus 52 años participó por primera vez en un grupo de aprendizaje con otras mujeres, motivo por el cual estuvo indecisa pero terminó disfrutando este proyecto.
“Fue una experiencia bonita, porque hay muchas cosas que uno no sabe. A veces ni salimos de casa y acá vine a encontrar compañeras, nuevas amistades y mucho aprendizaje”, aseveró Ramírez.
De esta forma, transformó ese temor en una nueva experiencia positiva, donde además del aprendizaje disfrutó “compartir con nuevas personas”, extendiendo un agradecimiento a todas las instituciones involucradas por “ofrecer estos espacios, por la paciencia y porque fue una muy linda experiencia”.
Convivencia y superación
Por su parte, Eva Estrada explicó que el curso representó “algo muy bonito” por la convivencia con el grupo y la oportunidad de “abrirse con nuevas personas”.
Eva añade que “me gustaría que estos cursos continúen apareciendo, estuvo muy interesante y completo. Doy gracias por la oportunidad y todo lo que se explicó”.
La estudiante añade que ahora puede realizar arreglos para sus familiares, vecinos y conocidos como una oportunidad de trabajo e ingresos.
Crecimiento completo
Con 16 años, Suandy Pérez fue la participante más joven del grupo, quien valora la formación ofrecida, técnica y para el crecimiento personal.
“Me ha gustado toda la formación. Primero, por los temas como autoestima, el valor que tenemos y lo que somos para nosotras mismas. Segundo, aprender mucho para realizar un oficio del que no sabía nada y ahora me siento capaz de todo” menciona la adolescente.
“Las voces negativas deben apagarse”
Ibeth Fuentes expresó su entusiasmo ante esta experiencia, la cual es de mucha utilidad para la vida, en forma personal y profesional.
“Siempre he huido de este tipo de actividades. Sin embargo, gracias a la orientación psicológica que he recibido en Cabrini, he descubierto cosas que yo creí que no tenía. Tal vez nosotras nos cerramos las oportunidades de conocernos y descubrirnos de qué somos capaces” afirma Ibeth.
Fuentes indica que no deseaba participar, pues consideraba que retiraba la oportunidad a otra persona. Sin embargo, esta actividad le permitió descubrir su verdadero gusto por las actividades manuales y la motivó a seguir adelante.
“Esto era algo para mi, que me hace sentirlo propio y que me gusta, no para hacer feliz a otras personas, sino porque a mi me llena personalmente” menciona Ibeth, al referirse es la persona que debe decidir y construir y su felicidad.
Finaliza su intervención resaltando que “Pero si uno se siente feliz, completo y satisfecho, con lo mínimo que sea, hay que seguir adelante. Apaguemos esas voces negativas que encontraremos en todos lados, uno mismo tiene que luchar por sus metas”.
Este proyecto fue realizado en coordinación con Fundación Sobrevivientes e INTECAP, quienes brindaron orientación para el desarrollo personal, emocional, financiera y capacitación técnica profesional, además del acompañamiento ofrecido desde el área de desarrollo social del Dispensario Madre Cabrini.