/ noviembre 12, 2022/ Adulto Mayor, Ciudad de Guatemala, Desarrollo Social, Espiritual, Infantil, Misión, Mujer, Servicios Médicos, Villa Nueva, Voluntariado

Las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús conmemoran en el mes de noviembre, un año más en este largo camino, acompañando a las comunidades vulneradas de Guatemala, llevando el amor de Cristo y mensaje de Madre Cabrini.

La historia que dio inicio en el año 1969 alcanza ahora su aniversario 53 de trabajo misionero ininterrumpido, donde han logrado brindar atención en diferentes campos para la población de Guatemala, especialmente en la Ciudad y en Villa Nueva.

Desde talleres educativos en salud y desarrollo individual como colectivo, formación en materia espiritual, ejecución de proyectos interinstitucionales, como también tender la mano de forma individual a muchas personas, han sido más de cinco decenios de aprendizaje mutuo como de fortalecer convicciones sociales.

Atención médica para todo público, acompañamiento educativo con jóvenes y adultos, espacios de atención y recreación, formación espiritual, proyectos de atención en crisis o emergencia, son algunos de las intervenciones realizadas en estos años.

Muchas han sido las hermanas misioneras de diferentes nacionalidades que han contribuido al crecimiento de esta obra y de las comunidades, así como también aquellas jóvenes guatemaltecas que decidieron dedicar su vida a Dios y brindar el mismo amor a otros grupos fuera de sus fronteras.

Podemos mencionar a Hna. Gilda Mendoza, Hna. Mercedes Aguilar, Hna. Ana Jilma Argueta, Hna, Beatríz Caal y Hna. Sonia Osorio, quienes actualmente dedican su vida para llevar el fuego del amor de Cristo a diferentes países y personas, una vocación originada en Guatemala.

Pero, principalmente, ninguno de estos 53 años habría sido posible sin el fuerte respaldo y apoyo de todas las personas que a lo largo del tiempo han depositado su confianza, que han ofrecido su tiempo y trabajo para la dignificación de todas las personas que han sido tocadas por el amor de Cristo e hijas espirituales de Madre Cabrini.

¡Gracias, gracias y nuevamente gracias por tanto, Guatemala!

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