/ abril 7, 2022/ Adulto Mayor, Ciudad de Guatemala, Desarrollo Social, Espiritual

El grupo de la Pastoral del Adulto Mayor, en la lectura y reflexión de la palabra de Dios realizada este jueves, hicieron un análisis sobre la pasión de Cristo previo a la Semana Santa. En esta ocasión, contaron con el acompañamiento de Hermana Juanita y Hermana Mercedes, junto al Voluntariado Cabrini.

La actividad dio inicio con una interpretación por parte de Hermana Juana Mendoza, acompañada en el canto por las participantes de la pastoral, quienes se encontraban reunidas en grupo desde la casa de una de las integrantes para escuchar la palabra de Dios.

Posteriormente, se realizó la lectura del evangelio, enfocado en el recorrido de la pasión que e Hijo de Dios vivió para salvar a la humanidad. Durante este punto, se hace un acompañamiento detallado de los momentos vividos por Jesucristo previo a vencer sobre la muerte.

Hermana Mercedes realizó su intervención, invitando a las participantes a reflexionar sobre nuestras acciones de cada día, donde compara las diferentes épocas, resaltando que “en ese momento, al igual que hoy, hacemos señalamientos o acusaciones y en otro momento estamos aplaudiendo a la misma persona. Debemos reflexionar sobre nuestras acciones a partir del evangelio”.

Por su parte, Hermana Juanita mencionó “cuando las personas tienen problemas y angustias, debemos preguntarnos qué haría yo ante este sufrimiento. Personas que nos enseñan a estar en pie y como ofrecer por el sufrimiento de los demás”.

De esta forma fueron orientando a las participantes a que tomaran este momento para reflexionar y compartir con las demás personas la lección de este evangelio y como lo podían aplicar en su día.

Una de las integrantes del grupo expreso que para ella “el amor de Dios es grande, en cada situación difícil, pero Él nunca nos abandona. Tal vez nosotros no aceptamos la voluntad de Dios…pero con humildad debemos agachar la cabeza para aceptar. El mejor ejemplo es Jesús, que siendo hijo de Dios sufrió mucho en su camino a la cruz, pero el aceptó la voluntad divina”.

Como acto seguido, las participantes desearon compartir historias, vivencias o anécdotas que en algún momento de sufrimiento, aprendieron una gran lección.

Finalmente, Hermana Juanita dejó una reflexión final para que “no perdamos la esperanza, ni perder aquello que nace del corazón, que son los motores para salir delante de las tribulaciones que siempre estarán presentes”.

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