Nuestra salud está sujeta a diferentes factores, así como los cuidados que tomemos a lo largo de los años. Un estilo de vida que incluya actividad física, ayudará a prevenir diferentes enfermedades y nos ofrece una mejor calidad de vida.
Realizar ejercicios desde la infancia es una buena y sencilla manera de alejar enfermedades como la hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, cáncer, así como las relacionadas a nuestro sistema muscular y óseo.
Practicar deportes, realizar ejercicios y mantener una actividad física constante en niñas y niños, así como en adolescentes, reduce el sedentarismo que provocan principalmente actividades relacionadas a dispositivos electrónicos en la actualidad (televisión, computadoras, celulares, etc).
Es una actividad que contribuye de manera integral a nuestra salud, reduciendo las cargas emocionales negativas como el estrés, ansiedad, depresión o, contribuyendo a mejorar autoestima.
También es recomendable para mejorar nuestras relaciones con otras personas, pues desde niños se aprende a compartir, a realizar actividades junto a otras personas para alcanzar objetivos o desarrollar nuestro papel dentro de un grupo.
Es importante tomar en cuenta que cada etapa del desarrollo, los ejercicios deben ser adecuados, por ejemplo:
- 0 – 1 años: actividad física para mover brazos y piernas mientras están acostados en espacios libres; juegos en el suelo o en el agua; actividades que incluyan objetos para estimular sus movimientos.
- 1 – 5 años: Promover su caminata o realizar juegos al menos tres horas diarias; en la segunda etapa de este grupo, comenzar actividades como bicicleta, saltos, juegos con otros niños para correr, etc.
- 5 a 18 años: aumentar intensidad conforme pasan los años, distribuir los ejercicios en una hora diaria.
La mejor manera de promover en nuestros hogares la actividad física es a través del ejemplo, así que como hogar, debemos procurar también cuidar nuestra salud y mantener espacios de tiempo para ejercicios.